El Mercado Modelo es un sitio histórico y turístico en la ciudad de Santo Domingo, capital de la República Dominicana. De comercio bullicioso y con una vibrante comunidad, el mercado acumula más de 80 años de historia. 

Un sitio así de concurrido y con tanta tradición se comporta como un organismo vivo. Funciona, por supuesto, pero bajo un orden caótico que pulsa y se transforma constantemente. Comerciantes venden artesanías, comida y bebidas tradicionales: ron, puros, discos de merengue y bachata y más en unos 187 locales organizados en “casetas”, que son las unidades de venta estándar.

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Varios problemas afectaban al mercado desde hace años:

Registros desactualizados - Detectar quién es dueño/a de una mesa era difícil, muchas están subarrendadas, y todos los registros se hacían manualmente.

Fricción y retrabajo - Múltiples sistemas para la cobranza de rentas estaban en pié, haciendo que el personal de la Alcaldía tuviera que registrar, manualmente, hasta tres veces un cobro.

Inconsistencias - el cobro mensual de tributos estaba a cargo de “cajeros”, personal de la municipalidad encargado de ir a cobrar en persona a cada comerciante, lo que daba lugar a un sinfín de inconsistencias.

Falta de confianza - por todo lo anterior, las y los comerciantes no confiaban en el sistema de cobro, y, por ello, no pagaban regularmente.

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En resumen, estos problemas resultaban en un sistema deficitario, que tenía que ser altamente subsidiado por la Alcaldía. La vivacidad natural del Mercado estaba siendo desaprovechada, perdiéndose así la oportunidad de reinvertir en el Mercado y en su potencial transformador de la ciudad de Santo Domingo.

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